Ayer hice una ruta de raquetas de nieve y para mí fue una sensación increíble. Hacía años que no iba a la nieve y poder disfrutar del aire y de la textura de la nieve fue una experiencia tremenda.
Fueron sólo 2 horas de ruta y disfruté como nunca, aproveché cada segundo de los 120 minutos para sentir ese frío y esa sensación de libertad.
Es lo que hay que hacer con la vida, disfrutar cada experiencia y cada minuto de ella como si nunca más fuera a pasar. Cada segundo de nuestra vida es único e irrepetible y no hay que desaprovecharlo ni menospreciarlo. Todo aquello que hacemos es igual de importante aunque no nos demos cuenta.
Sólo tenemos una vida, así que aprovecha cada segundo de ella como si fuera el último.
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